#ElPerúQueQueremos

Desfalleciente realidad

Publicado: 2010-11-14

Tenías razón al decirme que mi hogar es un palacio. Ahora me parece evidente pero nunca lo había mirado así. Yo lo veía como un castillo. Sus muros altos, las torres que lo defienden, el foso que lo aísla y lo pequeño y austero de sus múltiples espacios: todo me ratificaba en la experiencia de que vivía en un castillo. Pero tú me dices que hay salones amplios y lujosos y que la belleza está por todas partes. Este es un palacio, me dices. Entonces, observo y, si, es realmente misterioso que no me haya dado cuenta. Si, en muy visible lo cuidado de este lugar.

Me quedé pensando en mi ceguera a lo evidente. Y mi razón iba de un lado a otro pero, como no encontraba respuesta, el sueño me terminó por atrapar.

En ese momento sentí las primeras vibraciones, eran como un masaje: placenteras y hasta eróticas. Pero se volvieron más intensas; lo suficiente como para alarmarme. De pronto lo insólito se tornaba posible. Todo podía derrumbarse. En ese momento desperté. El temblor debería haber empezado hace algún rato. Ahora se dejaba sentir su imperio.

Y, de inmediato pensé: si mi hogar fuera un castillo no temblaría, o estaría más protegido por la solidez de sus muros. Hay cosas que mejor no deben saberse. Y te lo digo sin reproches. Solo para que aprendamos juntos.


Escrito por

Gonzalo Portocarrero

Profesor de la PUCP. Ha publicado recientemente el libro "Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de Sendero Luminoso".


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